Hoy os proponemos un recorrido para conocer la ermita de Santa Marta. A través de un sendero ascendente por la falda de la montaña de Cullera y rodeado de bosque mediterráneo, podemos descubrir uno de esos lugares que vale la pena conocer.
El sendero de nuestra ruta sigue el recorrido por uno de los límites del barranco de Santa Marta para ascender por la montaña hasta llegar a una de las cuevas donde se encuentra la ermita del mismo nombre.
Para iniciar nuestro recorrido, tenemos que acudir al camping de Santa Marta, distante 1 km. de Cullera y alrededor de 2 kms. del Faro de Cullera. Hay que entrar en el camping para empezar el sendero. En la recepción nos pueden proporcionar un folleto con una explicación del sendero que vamos a recorrer.
La ruta de la ermita de Santa Marta tiene una extensión aproximada de 860 metros. El recorrido se debe realizar a pie, ya que el sendero no se encuentra habilitado para la circulación de bicicletas, pues buena parte del mismo está escalonado. Tampoco es un sendero recomendable para personas con movilidad reducida, ya que tanto sus escalones, como su desnivel resultan sendos impedimentos. Se trata de una ruta que se puede realizar por un público familiar ya que tiene una dificultad baja, su distancia no es muy amplia y no hay tramos que requieran un material especializado.
En el inicio de nuestro recorrido atravesaremos el camping de Santa Marta hasta llegar al inicio de la frondosa pinada al punto conocido como la “Penya o Piedra de la Troballa” desde donde se inicia la senda. La “penya o piedra de la Troballa” es una piedra venerada desde la antigüedad, ya que se trata de un dolmen. Posteriormente, se asoció con el lugar donde dice la leyenda que fue encontrada la virgen del castillo de Cullera.
Nuestro recorrido por la ruta hacía la ermita de Santa Marta se encuentra señalizado y nos permite divisar el camino de ascensión a la montaña. La senda se encuentra urbanizada mediante una serie de escalones ya que la subida a la ermita se realizaba el 20 de Julio, día de Santa Marta, cuando el pueblo de Cullera se desplazaba en romería.
A través de nuestra senda trascurrimos por una paisaje propio del bosque mediterráneo: muchos pinos y alguna carrasca dan gran frondosidad en la ladera de la montaña, junto a los abundantes coscojares y brezales. Conforme vamos ascendiendo podemos contemplar las vistas sobre la bahía de Cullera con el contraste entre la vegetación, las torres de apartamentos y el mar.
A medida que vamos llegando al tramo final del sendero, podemos observar las estribaciones de los otros barrancos que tiene la montaña de Cullera y las zonas boscosas que quedan en la misma y nos hacen imaginar como era hace unos años. Ya en ese tramo podemos divisar a lo lejos la zona del Faro de Cullera con la isla de los Pensamientos .
Al final de nuestro recorrido, llegamos a la ermita de Santa Marta. Dicha ermita se encuentra en una de las concavidades y cuevas de la montaña. Se trata de un lugar donde se ha encontrado presencia humana en épocas históricas. Hay referencias de la gruta natural de 1538 sobre la existencia de un ermitaño. Posteriormente, la iglesia con el fin de sacralizar lugares de culto decidió establecer una ermita en el s.XVI.
La ermita se encuentra enclavada en la propia roca y una valla impide entrar en ella. Está formada por una capilla a la que se accede por un arco de medio punto. Dentro de la misma, hay un altar con una imagen de Santa Marta. Junto a la ermita, nos encontramos con el manantial de Santa Marta. Se trata de una fuente natural que recoge el agua acumulada en la montaña y que fluye lentamente en este lugar. En este punto final de nuestro recorrido es donde tenemos las vistas más bonitas de nuestra ruta y podemos observar el contraste entre el bosque mediterráneo y su cercanía con la costa. Desde aquí, ya podemos iniciar el descenso, pues la senda finaliza y no permite conectar con la parte superior de la montaña.
La ruta de la ermita de Santa Marta es una propuesta muy interesante para observar ese bosque mediterráneo que se encuentra próximo a las zonas de playa y que cada vez resulta más complicado de encontrar. También, la frondosidad del paisaje nos sorprenderá y se trata de una excursión diferente a pocos metros de nuestra zona de playas.
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