El 8 de septiembre de 2022 la Autoridad Portuaria de València ha comunicado la disponibilidad en línea de su archivo histórico que contiene 9.000 documentos con más de 52.000 páginas de los archivos de los faros de València, Canet d’en Berenguer y Cullera. Se trata de la primera vez que se facilita el acceso a la información digitalizada sobre el archivo histórico del Faro de Cullera.
El acceso al archivo histórico del faro de Cullera supone la posibilidad de consultar la documentación generada por su actividad desde el siglo XIX hasta el siglo XXI.
El proyecto de digitalización de los archivos fue iniciado en 2018 con las fases de digitalización, descripción e indexación de los fondos documentales existentes en el archivo. A partir de 2019, se permite el acceso en línea de los documentos digitalizados para facilitar su consulta. Mediante esta formula, se puede acceder a la documentación a través del apartado de Archivo en el website de la Autoridad Portuaria de València.
Documentación del archivo
De entrada, hay que tener en cuenta que en el archivo se recoge la documentación generada por el personal del Faro en el ejercicio de sus funciones y su relación con sus superiores jerárquicos. En esa documentación se encuentran archivos rutinarios, donde los Torreros anotaban la actividad diaria, así como indicaciones sobre el funcionamiento de la instalación o la actividad meteorológica. Hay otros informes donde se deben constatar los gastos, así como el inventario de bienes existentes en la edificación. Existe otro grupo de archivos que corresponde a la comunicación esporádica que se produce entre el personal existente en el Faro y sus superiores. En ese grupo encontramos desde la comunicación de los fallos en el suministro eléctrico o los consumos de aceite, hasta la solicitud de vacaciones o el cambio de personal. Por último, hay un grupo de expedientes de carácter administrativo relacionado con el funcionamiento del ente o las vacantes de puestos de trabajo en los diferentes faros.
Realizando unas primeras consultas a los documentos que configuran el archivo histórico del Faro de Cullera, nos encontramos con los siguientes tipos:
- Libro de Servicios de Vigilancia
- Libro de Cuentas
- Inventarios
- Comunicaciones
Libro de Servicios de Vigilancia
El libro de servicios de vigilancia es donde se recoge la actividad diaria del faro. Dicha información es incorporada por los responsables de la instalación conocidos como Torreros y posteriormente como Técnicos Mecánicos de Señales Marítimas.
En el Plan General para el alumbrado marítimo de las costas y puertos de España e islas adyacentes de 1847 se establecían las obligaciones y tareas de los Torreros. Son los Torreros de los faros las personas responsables de mantener la instalación lumínica en perfecto estado para que se pueda proporcionar ayuda nocturna durante la navegación de las embarcaciones.
Lógicamente, la actividad del Faro se desarrolla durante las horas de noche. Es en ese momento, cuando sus responsables realizan las tareas principales de su trabajo. En los inicios de los Faros en el siglo XIX, la actividad de los Torreros se iniciaba antes del anochecer preparando el correcto funcionamiento de la mecha que se debía de encender y mantener gracias al aceite, parafina o petróleo utilizado como combustible. Posteriormente y una vez puesta en marcha la luz, se iniciaba un proceso de vigilancia durante toda la noche en varios turnos para asegurar que la luz se mantuviese durante las horas de oscuridad.
En el Libro de Servicios aparece reflejada la actividad diaria del Faro. Una gran mayoría de los días se informa sobre la ausencia de incidentes y el funcionamiento correcto de la instalación. Hay otra serie de días donde se comunican los incidentes que ocurren en el funcionamiento de la lámpara de luz o hechos externos que son importantes de reflejar en el libro diario. Las características de la costa del Faro de Cullera no es proclive a la existencia de accidentes o naufragios significativos como en otras costas. Ahora bien, hay épocas como en la Guerra Civil Española donde suceden acontecimientos alrededor del Faro de Cullera que sí aparecen reflejados en el libro diario. Uno de ellos es el ataque producido el 12 de julio de 1937 por el crucero Baleares a un convoy naval republicano justo enfrente del cabo de Cullera. Todo este tipo de hechos aparecen reflejados en los libros de servicios de vigilancia.
Cuando se analizan los Libros de Servicios vemos la propia evolución de la instalación. Desde el año de su creación en 1858 hasta 1931, la iluminación del Faro de Cullera se basaba en la combustión de aceite, parafina o petróleo. Durante esos años, los Torreros deben garantizar que se enciende la luz, disponer del combustible necesario y realizar el apagado al amanecer. Cuando se implanta la electrificación en el Faro en 1931, todavía no es una garantía fiable y se debe tener un plan complementario basado en combustible. Los Libros de Servicios reflejan todas las incidencias que se producen cuando el fluido eléctrico no funciona y es necesario recurrir a la iluminación por combustión.
Cuando a partir de 1960 el fluido eléctrico que dispone el Faro ya se encuentra más garantizado, las incidencias son menores y son más ocasionadas por situaciones complicadas como tormentas o derribos de los postes de la red eléctrica. Los Libros de Servicios de Vigilancia reflejan esas situaciones diarias, que cada vez se hacen más sencillas y rutinarias conforme se inician en 1992 los procesos de automatización de las señales marítimas.
Hay que tener en cuenta que los Libros de Servicios de Vigilancia son cumplimentados por los Torreros y los posteriormente llamados Técnicos Mecánicos, siendo supervisados por los Ingenieros Jefes responsables de la instalación.
Hay otra parte interesante de los Libros de Servicios de Vigilancia y es la información recopilada sobre la actividad meteorológica. El Faro de Cullera por sus características se encuentra clasificado como una instalación de 3er orden. Es por ello que sus recursos humanos como técnicos se encuentran limitados y no se pueden realizar mediciones científicas. Así aparecen únicamente reflejadas la dirección de los vientos, el estado del cielo y el estado de la mar.
Libro de Cuentas
Los Torreros y los posteriores Técnicos Mecánicos tienen que garantizar el funcionamiento de la luz y para ello se deben realizar labores de mantenimiento de la instalación. La limpieza de la maquinaria, sustitución de piezas obsoletas o la mejora de la construcción son tareas que se deben deben realizar de forma rutinaria. Ya hemos comentado anteriormente que lo más importante es el funcionamiento de la luz. Es por ello que disponer de combustible para la lámpara o el grupo electrógeno es muy importante pero, también las piezas y herramientas que permitan su funcionamiento. En la selección del personal para el puesto de Torrero primaba la juventud de los mismos, entre 18 y 40 años, y conocimientos de mecánica y electricidad, ya que la rutina diaria les iba a exigir esas aptitudes.
Los Libros de Cuentas reflejan las compras realizadas, los consumos y las reservas existentes. Al igual que con otros procedimientos, la subordinación de la instalación dentro de una jerarquización estatal ministerial motivaba tener todo un libro detallado sobre los recursos que se disponen.
Los Torreros dependían de un Ingeniero Jefe que supervisaba la actividad de los mismos en la instalación. Son estos Ingenieros quienes revisan los Libros de Servicios, los Libros de Cuentas y quienes reciben las comunicaciones de los Torreros cuando quieren realizar una notificación a un responsable superior.
Inventarios
Los antiguos Torreros y los posteriores Técnicos Mecánicos vivían en los faros. Tanto por su actividad de trabajo como por su residencia en la instalación era necesario tener un inventario de los recursos existentes. Esto se debe principalmente a la necesidad de saber los medios de trabajo de los que se dispone y los recursos domésticos existentes. Hay que tener en cuenta que los Torreros podían cambiar de plaza y, en ocasiones, el inventario es clave para realizar el traspaso al nuevo responsable. Además, por las características de los faros, alejados normalmente de los núcleos urbanos, y su dependencia administrativa estatal, se hace necesario disponer de un listado muy detallado de los medios con los que se cuenta. Hay que señalar, que desde 1859 hasta 1960, los Torreros deben ser autónomos para garantizar el funcionamiento de la luz, así como su supervivencia personal. Por lo que, en el inventario podemos encontrar desde herramientas para arreglar la instalación lumínica, como utensilios para la elaboración del pan o la vajilla doméstica.
En un faro como el existente en el cabo de Cullera, por su clasificación de tercer orden y su edificación, existen dos Torreros que realizan su trabajo diario y también residen en la instalación. Una residencia donde vive el Torrero y su familia, circunstancia que motiva la necesidad de disponer de habitaciones, cocina y servicios. En los inicios, el faro de Cullera únicamente disponía de una planta circular donde se encontraba la zona de vivienda donde convivían las dos familias. Ya posteriormente cuando se construyen las dos edificaciones adyacentes, cada uno de los Torreros dispondrá de su propia vivienda totalmente independiente del otro. Todo ello es una garantía de una mejora de la convivencia y la ausencia de conflictos personales. Es por eso que cuando un Técnico Mecánico abandona su plaza o toma posesión de la misma, es necesario inventariar los recursos, para conocer tanto las herramientas e instrumentos relacionados con su puesto de trabajo, como los utensilios y materiales necesarios para su residencia y la de su familia.
Comunicaciones
Las Comunicaciones resultan muy interesantes ya que son documentos que reflejan muchas de las necesidades no previstas en el funcionamiento del faro pero, también en la vida de las personas responsables de esta instalación.
Una gran parte de las comunicaciones son las dirigidas por el Torrero o Técnico Mecánico al Ingeniero Jefe sobre la utilización de combustible por el no funcionamiento de la red eléctrica para el alumbrado del Faro. Hay que tener en cuenta que el combustible es un bien muy preciado y que en épocas de carestía como la posguerra era muy importante su control y la justificación de su consumo.
Existe otro bloque de comunicaciones que reflejan incidencias de la instalación. Los temporales o las fuertes rachas de viento producen desperfectos en la instalación que requieren su solución. Son hechos significativos como la rotura de la vidriera de la luminaria o la caída de los postes que proporcionan la electricidad a la instalación.
La vida del Torrero era dura, ya que su actividad laboral se desarrollaba principalmente de forma nocturna en unas instalaciones alejadas del resto de la sociedad y los núcleos urbanos. Se trataba de un puesto de trabajo con un sueldo bajo, pero que a cambio ofrecía la garantía de ser un funcionario del estado. Esa carestía de recursos y ese alejamiento del núcleo urbano queda reflejada en una comunicación de 1954, donde se concede un aporte trimestral de 450 pesetas para poder comprar víveres, ya que los mismos se podían obtener a precios altos en la pedanía pero resultaba más conveniente acudir a Cullera o que una persona se encargase de suministrarlos. Al ser los años de pleno régimen franquista, con una administración centralizada y muy jerarquizada, esta simple petición debía de ser resuelta por el subsecretario del ministerio de obras publicas.
En estas comunicaciones observamos la evolución de la sociedad, los medios con los que se contaba, así como la organización administrativa del Estado del que dependían los faros. Años donde el saludo termina con un Salud y Republica y otros alabando el 1er año de la Victoria después de la guerra.
Hay comunicaciones donde se deja constancia de la entrega de materiales. Ello nos indica las necesidades y cambios adoptados por el Faro. En una de las comunicaciones de 1960 aparece la figura de la Jefatura de Costas y Puertos de Levante, ubicada en la calle Sorni, 12 de València, que a través de su Ingeniero Jefe realiza la entrega de un segundero o cuenta segundos a los técnicos mecánicos del Faro de Cullera. Son los años en los que el Faro convierte su señal en aeromarítima. Eso supone que a partir de ese momento se producen tres destellos cada 20 segundos mediante el mecanismo de rotación. Lógicamente, se trata de un utensilio fundamental para poder medir el correcto comportamiento de la maquinaria.
Serie sobre el archivo histórico
Con una documentación tan amplia y detallada por años, así como por días, vemos interesante realizar una serie de artículos donde podamos comentar mejor las informaciones obtenidas. Es por ello, que teniendo en cuenta los años de existencia del Faro y los momentos históricos vividos, puede resultar interesante publicar una serie de artículos sobre el archivo histórico del Faro. Así, creemos que puede resultar interesante analizar estos períodos:
- 1858-1935
- 1936-1939
- 1940-1960
- 1961-2010
Con esta secuencia temporal podemos estudiar bien los primeros años de la instalación hasta la llegada de la electrificación, conocer los años de la Guerra Civil, las consecuencias de la posguerra y finalmente, los cambios que se producen hasta la automatización de la señal marítima.
Fuentes
La fuente principal de consulta son los archivos históricos del Faro de Cullera de la Autoridad Portuaria de València (APV) y a los que se puede acceder desde el apartado Archivo existente en su website. También para conocer la creación de los Faros y las responsabilidades de los Torreros, es interesante consultar el artículo Los torreros de faros. Trabajo, vida y futuro de un oficio dedicado al mar realizado por Manuel Carreres i Rodríguez.
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