El 9 de Octubre de 2020, el ayuntamiento de Cullera realizaba la presentación de la réplica del cazo de Júpiter, un fabuloso objeto del siglo II de la época bajo imperial Romana que fue encontrado en la isla de los Pensamientos a mediados del siglo XIX.
En la publicación sobre el yacimiento de la punta de l’Illa ya comentamos la existencia del cazo de Júpiter. Una pieza de gran importancia que nos permite valorar mucho más dicho enclave.
Hemos hablado de réplica, ya que el cazo original se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Paris. Y, ¿Cómo es eso? En España ha existido muy poca conciencia sobre nuestros valores patrimoniales. Solamente desde la transición democrática, a finales del s.XX, se ha conseguido proteger y desarrollar un interés cultural por nuestro patrimonio: legislaciones que protegen nuestros recursos y que evitan la expoliación del mismo. Pero, anteriormente no ha existido ese apego, ya que pinturas, figuras, joyas, objetos o hasta claustros de monasterios fueron vendidos a coleccionistas y trasladados al extranjero.
Hay informaciones que sitúan el hallazgo del cazo de Júpiter en el yacimiento de l’Illa en 1861. A partir de ahí, es adquirido por el coleccionista francés M. Charvet en 1865 . – Aunque Fröhner indica en 1897 que había pertenecido anteriormente a la colección Cerdá y que fue adquirido por M. Charvet en Barcelona-.
La colección Dutuit y el cazo de Júpiter
Estamos en el siglo XIX, un momento histórico en el que crecen los coleccionistas privados de obras de arte. A diferencia de otras épocas, donde la realeza o la aristocracia habían ejercido de mecenas y dueños de riquezas artísticas, aparece ahora una burguesía industrial que utiliza su fortuna para atesorar arte y perpetuar su gloria más allá de la muerte. Por eso, durante el siglo XIX se buscan obras artísticas para cumplir los deseos coleccionistas de la burguesía industrial.
Cerca de veinte años después y con el fallecimiento de M. Charvet, se produce la subasta de su colección de antigüedades donde se encuentra la Trulla o Cazo de Júpiter. En el momento de la subasta ya se indica que fue encontrada en 1861 en el Faro de Cullera. La pieza fue adquirida por P.Auguste Dutuit por 7.050 francos en 1883. Se trata de un precio muy alto para la época, lo cual nos indica que el valor de la pieza reside tanto en su valor histórico como en su composición por 1 kilogramo de plata.
Los hermanos Auguste, Eugene y Heloise Dutuit crearon una colección única con más de 20.000 obras recopiladas durante cincuenta años. La extraordinaria riqueza acumulada por su padre, gracias al comercio del algodón y a la implantación de la hilatura mecanizada, permitió a sus hijos dedicarse a otras actividades relacionadas con el mundo del arte. Eugene, se interesaba más por los grabados de la escuela holandesa, mientras que Auguste se preocupaba más por piezas del mundo antiguo (Persia, Grecia y Roma). A la muerte de su padre, los hermanos Dutuit siguen haciendo crecer su fortuna: se deshacen de la fabricación textil y se salvan de la crisis del algodón de finales del siglo XIX. Invirtiendo en tierras, inmuebles y acciones consiguen multiplicar el patrimonio heredado de su padre.
Es en el siglo XIX cuando surgen los museos y los coleccionistas privados ven la oportunidad de perpetuarse en el tiempo con sus legados artísticos presentes en los espacios museísticos. Tras el fallecimiento de Heloise y Eugene, fue Auguste el propietario de la colección Dutuit.
En 1902 fallece en Roma Auguste Dutuit a la edad de 91 años. En su testamento se establece que su colección de arte fuese donada a la villa de Paris con la condición de que se exponga en un lugar accesible para todo el público. Auguste Dutuit precisa en el testamento que debe estar en un lugar céntrico que permita que el esfuerzo de los hermanos Dutuit durante cincuenta años fuese accesible a la sociedad y sobre todo, a los trabajadores.
Hacer la cultura accesible y devolver a la sociedad lo que le había dado es uno de los mensajes presentes en el testamento de Auguste Dutuit. Para poder crear ese local museístico, ofrece 10 inmuebles y 542 acciones de la Banque de France. Se trata de una suma de dinero muy alta que permitía cumplir el objetivo de Auguste Dutuit de mostrar las obras al público. Una condición del testamento es el cuidado de por vida del sepulcro de los Duclos – Dutuit en el cementerio parisino de Pere Lachaise, pero, sobre todo, crear en el plazo de 6 meses un espacio donde mostrar al público la Colección Dutuit. La ciudad de Paris ya tenía el proyecto de realizar un museo de Bellas Artes y el legado de los Dutuit significaba incrementar de forma extraordinaria su contenido expositivo. Aprovechando la construcción de los pabellones de la exposición universal y con el riesgo de perder la herencia de los Dutuit, se consigue a finales de Diciembre de 1902 la apertura al público del museo de Bellas Artes en el Petit Palais.
Gracias a ello, la trulla o cazo de Júpiter hallado en el yacimiento de l’Illa se encuentra visible en la sala segunda del Petit Palais.
Proceso de creación de la réplica del cazo de Júpiter
Por el interés de recuperar y trasladar el valor de nuestro territorio, el ayuntamiento de Cullera ha querido disponer de una réplica del Cazo. Para ello, los técnicos del Ayuntamiento y los responsables de realizar la reproducción se desplazaron a Paris para realizar parte del trabajo. Después de obtener la aprobación de los responsables del museo, durante 7 horas pudieron escanear y fotografiar la pieza. Vigilados por la directora del museo y sin poder tocar el cazo, se realizaron las más de 200 tomas fotográficas del objeto para posteriormente realizar el nuevo ejemplar.
Superando los problemas provocados por la pandemia y el confinamiento del COVID-19, se sucedieron las distintas fases hasta conseguir la réplica. Primero, realizando el objeto en forma digital en 3D a partir del material fotografiado y escaneado. Posteriormente, durante más de 40 horas, la impresión en plástico que permite luego incorporar la cerámica para generar el molde que posibilite realizar la réplica final del cazo. Una pieza formada por un 1 kilo de plata con algunas incrustaciones de oro que nos indican que posiblemente tenía ciertas partes con cubrimiento de este metal precioso. Al final, se ha conseguido una pieza que es idéntica al original. Tiene las mismas muescas, detalles y suciedades del metal que la primitiva. Un trabajo excepcional que nos permite valorar esta obra.
Características del Cazo de Júpiter
La Trulla o cazo de Júpiter no es un objeto de uso doméstico. No se trataba de un cazo para realizar la comida. El repujado del objeto y su creación en plata demuestra que este objeto se empleaba para actos de importancia relacionados con el culto a Júpiter o para ser utilizado en momentos solemnes. En la superficie del cazo hay cuatro escenas mitológicas sobre los amores de Júpiter que se aprecian en el mango y en el exterior del vaso.
En la parte inferior interior figura una inscripción sobre su posible dueño. Algunos autores indican que puede aparecer el nombre de Valeria Paulina. Hay referencias que asocian el nombre de Valeria al este de la península ibérica. No hay más información para poder saber si la propietaria pertenecía a la comunidad existente en l’Illa o que por otra serie de motivos llegó a dicho enclave. Lo que sí que es evidente es la importancia que tuvo el enclave. Su posición estratégica en una bahía a la entrada de un gran río permitía un control del territorio que junto a su posibilidad de puerto natural proporcionaba una actividad comercial por toda la costa, las Islas Baleares y hasta con el norte de África . Esos enclaves siempre necesitaban un lugar de santuario o de creencias ya que los seres humanos precisaban confiar y creer en algo. Puede ser, o tal vez, la función espiritual de l’Illa era superior a la comercial.
El deseo de los hermanos Dutuit de mostrar su colección de obras artísticas para su visionado por todo el público y, en especial, por los trabajadores se mantiene 118 años después con la réplica del cazo de Júpiter realizada por el ayuntamiento de Cullera. La importancia de conocer nuestra historia y los recursos culturales es vital para fortalecer nuestra identidad y valorar más el territorio que habitamos. Hay que agradecer al Ayuntamiento de Cullera, su concejalía de patrimonio cultural y su servicio municipal de arqueología el trabajo realizado. Horas y dinero que servirán para conocer una pieza muy valiosa de nuestra historia. Ahora, solamente falta que exista un panel en la isla de los Pensamientos que recuerde la existencia del yacimiento de l’Illa, las civilizaciones que han estado en el lugar y las piezas arqueológicas halladas.
El cazo o trulla de Júpiter se puede contemplar hasta el 31 de Octubre de 2020 en la sala de exposiciones de la Casa de l’Ensenyança en Cullera. Posteriormente, se podrá contemplar en el museo de historia y arqueología existente en el castillo de Cullera.
Bibliografía
- De los Llanos, José. La collection Dutuit, deux frères, un musée. Paris. Publications de l’Institut national d’histoire de l’art. 2015.
- Chofre Navarrate, María Luisa. Trulla / cazo de Júpiter hallado en la Faro de Cullera (Valencia). SAGVNTVM. Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia; Vol 28 (1995): Homenatge al Professor Dr. Miquel Tarradell i Mateu; 265-272.
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