María Luisa Chofre se refiere a la isla de los Pensamientos (L’Illa dels Pensaments) como el antiguo Portum Sucrone debido a su favorable condición de puerto natural al abrigo de vientos y corrientes, ya que tanto las monedas, las ánforas y otros materiales allí recuperados hablan de un establecimiento portuario tardorromano muy vinculado comercialmente con el norte de África, las Islas Baleares y el Mediterráneo oriental.
El Portum Sucrone se corresponde con el yacimiento de L’Illa dels Pensaments[5], lugar que vivió los mismos siglos de esplendor, IV/V/VI d.C., que el habitat de época tardorromana, aunque su utilización como establecimiento portuario podría remontarse hasta épocas lejanas en el tiempo, como parece demostrarlo la existencia del yacimiento del magdaleniense, la Cueva del Volcán, situado a 122 metros de altura sobre el nivel del mar y muy cerca de L`Illa.
La toponimia de isla de los Pensamientos puede proceder de la transformación de las edificaciones en un establecimiento monástico en el siglo VI por obra del obispo Justiniano de Valencia. Las cruces de bronce halladas en la excavación arqueológica demuestran la actividad del enclave durante dicha época.
Pero por desgracia, las mismas condiciones naturales que hicieron atractivo el lugar en la antigüedad favorecieron también la actuación de los especuladores en los años sesenta del siglo XX.
Llegó el turismo, y se construyó sin ley ni control, y se arrasó cualquier resto arqueológico encontrado. Si a esto unimos el .escaso interés de las sucesivas autoridades municipales por el patrimonio histórico, más pendientes de mantener buenas relaciones con las empresas constructoras que de recuperar los restos de su pasado, el resultado queda patente.
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