Uno de los personajes que se encuentran asociados al Faro de Cullera es el pirata Dragut, que da nombre a la cueva-museo, una de las atracciones turísticas de la zona. Pero ¿Quién fue el pirata Dragut?
El pirata Dragut o Darghouth, llamado Turgut Reis (Reis en turco significa “almirante”), nació en la costa turca, a inicios del siglo XVI. Fue, después del conocido pirata Barbarroja, el más temido de los corsarios otomanos en todo el Mediterráneo y destacó, según dicen, por su ferocidad. Sus reiterados ataques a la flota española consiguieron desesperar al monarca Carlos I, quien finalmente consiguió capturarlo y enviarlo a galeras como esclavo durante cuatro años. Pero Barbarroja pagó su rescate de 30.000 ducados y Dragut fue liberado.
Sucesor de Barbarroja
La muerte del pirata Barbarroja en 1546 impulsó la carrera de Dragut, quien se puso al frente de la flota de 24 bergantines con la que consiguió amenazar Nápoles y conquistar diversas posiciones en Calabria. A mediados del s. XVI llegó a conquistar una parte de Túnez y continuó saqueando el Mediterráneo occidental hasta llegar a Cullera.
El 25 de mayo de 1550, Dragut y sus secuaces realizaron el saqueo de Cullera consiguiendo un cuantioso botín de bienes y prisioneros. Se dice que Dragut aprovechó la noche y la costa brava del Faro de Cullera para ocultar sus naves antes del saqueo. Al alba, es cuando sus naves se dirigieron hacia Cullera para realizar el saqueo de la población. Una de las fuentes de ingresos de los piratas eran los rehenes y la posibilidad de obtener un rescate por ellos. Por ese motivo, dice la leyenda, que es la cueva que actualmente tiene su nombre, donde se produjo el intercambio de rehenes después del ataque.
Incursiones por el Mediterráneo
En septiembre de 1550, tras varios meses de intensas batallas navales, el almirante Andrea Doria y Bailiff Claude de la Sengle, consiguieron forzar a Dragut a retirarse a las zonas más orientales del Mediterráneo. Posteriormente, Dragut saqueó la isla de Malta, Tripoli y Calabria, así como ataques contra las isla de Elba o Córcega. Una de las hazañas más recordadas de Dragut fue la “matanza de Djerba“, la isla fortificada de la costa de Túnez utilizada como refugio por el pirata otomano.
Unos años más tarde, en 1559, el rey Felipe II quiere proteger sus dominios del sur de Italia y decide atacar a Dragut en la isla de Djerba. Una flota de medio centenar de naves y alrededor de diez mil hombres con el mando del duque de Medinaceli parte hacía la isla de Dragut. Enterado del posible ataque, Dragut crea una trampa a la flota española de tal manera que la misma aparece rodeada por las naves otomanas. El pirata no tuvo piedad con los prisioneros. Fueron decapitados y con sus cabezas se levantó una “torre de calaveras” con alrededor de cinco mil cabezas y de unos 11 metros de altura.
En 1565 Dragut participó en el ataque otomano a Malta. Allí, en el terraplén del fuerte de San Telmo, encontró la muerte por un cañonazo, aunque la plaza fue capturada. Su ciudad natal fue llamada Turgutreis en su honor.
De la mala fama de Dragut entre los españoles de su tiempo da idea el hecho de que fue citado, por dos de nuestros mayores escritores del Siglo de Oro. En Los Trabajos de Persiles y Segismunda, Miguel de Cervantes lo retrata como el orejudo en su galeota que azota a los remeros cristianos con el brazo muerto de otro cristiano cautivo. También menciona en otro pasaje al perro de Dragut, que así se llamaba el arráez de la galeota: corsario tan famoso como cruel, y tan cruel como Falaris o Busiris, tiranos de Sicilia.
Finalmente, en el poema de Luis de Góngora, Amarrado al duro banco de 1583, un cristiano cautivo del pirata Dragut y condenado a galeras se pregunta qué ha sido de su amada durante sus diez años de cautiverio en manos de los turcos.
Amarrado al duro banco
de una galera turquesca,
ambas manos en el remo
y ambos ojos en la tierra
Un forzado de Dragut
en la playa de Marbella,
se quejaba al ronco son
del remo y de la cadena
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