El libro de servicio del Faro de Cullera recoge el 22 de octubre de 1936 la anotación de uno de sus torreros donde se indica la orden recibida «para apagar el faro y las luces de situación para los días sucesivos y hasta nueva orden«. A partir de este momento, se inicia la militarización del Cap de Cullera como consecuencia de la guerra civil española. Y, una de sus transformaciones, será la construcción de una batería de defensa de costa y un puesto de mando y observación.
Precedentes
A partir de noviembre de 1937, la Comunitat Valenciana sufrirá bombardeos navales y aéreos del ejercito italiano, aliado del bando insurgente. Desde la isla de Mallorca se canalizan los ataques por los buques, submarinos y aviones italianos hacía las ciudades costeras de nuestro entorno. Así, queda reflejado en las noticias de la época sobre los ataques de la marina italiana. Es el caso de los submarinos Sciesa, Ferraris, Fieramosca, Topazio, Diamante y Calvi que tienen registradas sus operaciones de ataque entre noviembre de 1936 y febrero de 1937 en la zona del golfo de València. Uno de los hechos más relevantes es el ataque del bando insurrecto el 12 de febrero de 1937 que fue realizado por los cruceros italianos al lanzar 125 proyectiles sobre la ciudad de Valencia para ocasionar 25 muertos.

Estos ataques navales y aéreos son registrados por los torreros del faro de Cullera. Aparecen reflejados los ataques aéreos italianos sobre los navíos fondeados en el puerto de Gandía del 24 de febrero de 1937. También, los bombardeos navales y aéreos que se producen sobre la ciudad de Valencia. Otro de los hechos anotados por los torreros es el combate naval que se produce el 12 de julio de 1937 cuando el crucero Baleares ataca a un convoy marítimo republicano frente a las costas del faro de Cullera.
Esta sucesión de ataques y los temores a un desembarco naval del bando golpista lleva al gobierno republicano tomar la decisión en 1937 de poner en marcha un plan de defensa general del territorio valenciano. Una parte del mismo toma como referencia un plan de defensa de costa establecido en la dictadura de Primo de Rivera, tal y como se indica en esta publicación sobre «El plan artillado de 1926«, con la construcción de una red de fortificaciones. Dicho plan contemplaba la protección de la costa estableciendo en una serie de zonas de defensa naval que son Castellón, Sagunto, Valencia, Cullera, Dénia-Jávea y Alicante.
Resulta importante conocer cuál era el plan de defensa de la costa del gobierno republicano para el golfo de Valencia. Dicho plan buscaba proteger toda la costa, por medio de una serie de baterías de defensa naval que tuviesen el arco de tiro complementario para evitar zonas de sombra y cubrir bien ante un ataque naval o un desembarco del bando insurgente. Así, la Agrupación Sur de defensa de costa trazo un sistema de defensas formado por la batería 1 en el faro de Castellón, la batería 2 en Puerto de Sagunto Norte, la batería 3 en el faro de Canet, la batería 4 en en el Puerto de Sagunto al sur de la factoría siderúrgica, la batería 5 en el Cabo de Cullera, la batería 6 en El Saler, la batería 7 en Denia, la batería 8 en en el Portitxol, la batería 9 en el Cabo Huertas , la batería 10 en Santa Pola, y la batería 11 en El Puig.
El plan se proyecta en 1937 y algunos de ellos no son aprobados hasta 1938, como es el caso de la batería del Saler en enero de dicho año. Otras de las baterías no tendrán presupuesto para ejecutar las obras. Pero, el problema no será la construcción, sino en el armamento que se debe dotar a esas baterías para poder funcionar. En algunos casos como son las baterías del Puerto de Sagunto se depende de los cañones aportados por los rusos o en la batería del Saler y la de Canet de la recuperación de las torretas del acorazado Jaume I. A todo ello se une que la guerra sigue avanzando y cualquier retraso o dificultad será clave para que el plan de defensa de costas no se pueda implantar en su totalidad.
La militarización del cap de Cullera
La importancia geoestratégica del cap de Cullera para la defensa del golfo de Valencia lleva a la introducción de diferentes acciones sobre este territorio. El propio faro se militariza a mediados de 1937 con la presencia de una central telefónica y soldados para ejercer tareas de vigilancia e información marítima. Esos cambios quedan presentes en los diarios de servicio del propio faro donde los torreros plasman los cambios que se están produciendo.
No se trata únicamente de realizar acciones de vigilancia, sino de instalar armamento para la defensa de la costa. Por ese motivo se debe transformar el espacio para la introducción de infraestructuras, armamento y militares que permitan proteger el entorno.
La colina del cabo de Cullera donde se encontraba erigida la torre vigía del siglo XVI tiene un papel significativo ya que se trata de una elevación que permite el control marítimo de la costa, hacía la ciudad de Valencia por el norte y hacía el sur con el control del golfo hasta la zona de Denia. Para poder instalar una batería de costa que defienda ese espacio, la torre del Cap será un impedimento y por ello, la jefatura de artillería de la defensa de costas ordena su derribo en octubre de 1937.
A todo ello, se unirá la necesidad de alojar a la tropa y los oficiales junto a la de contar con un puesto de mando protegido frente a los ataques. Además de crear unos nidos de ametralladoras que protejan la costa ante un desembarco naval.
Características de la batería de costa
El elemento más significativo de la militarización de espacio en el faro de Cullera es la construcción de la batería de costa. La construcción militar es la denominada batería nº 5 dentro del plan de defensa naval de la agrupación sur. Gracias a la documentación existente en el archivo general militar de Ávila podemos saber más sobre su proyecto de construcción. El proyecto tiene fecha de 21 de Octubre de 1937 y es examinado el 5 de noviembre del mismo año. Por tanto, a partir de esa fecha ya se inicia su construcción. En el informe de la Jefatura de Artillería de Defensa de Costa del 7 de noviembre de 1937 se indica que la batería del cap de Cullera se encuentra «En construcción de emplazamiento por ingenieros«.
En el proyecto se establecen dos construcciones: la batería de costa y, el puesto de mando y observación. Estas construcciones tienen finalidades diferentes, además de estar situadas en localizaciones distantes. Mientras la batería de costa tenia una finalidad de ataque con las piezas de cañonería y armamento, el puesto de mando ejercía las labores de vigilancia y dirigir las operaciones, sobre todo dando las instrucciones a la tropa para que los cañones apuntasen en la dirección correcta.
En el proyecto de construcción aparece reflejado un plano topográfico donde se detallan las ubicaciones de la batería y el puesto de mando. También, se ve la ubicación de un proyector que permite iluminar a las naves que realicen ataques nocturnos ya que hay que tener en cuenta que durante la guerra el faro se encontraba apagado. La presencia del caserío del faro permite disponer de unas viviendas para el alojamiento de los militares a diferencia de otras ubicaciones en la costa que necesitaran la construcción de cuarteles para el hospedaje de la tropa y oficiales. Se ve en el plano de comunicaciones donde se resalta la importancia del camino con Cullera como la única vía de transporte entre las infraestructuras militares y el exterior, sobre todo por la conexión con las carreteras principales y el ferrocarril.
La importancia del proyecto reside en el detalle de los planos trazados por los ingenieros para la construcción de la batería de costa y el puesto de mando.
En el caso del puesto de mando y observación se realizaba un bunker excavado en la roca con muros y visera realizados con hormigón armado. La construcción estaba estructurada por una entrada que permite el acceso a una habitación que funciona para la conexión telefónica y el alojamiento conectada con la sala principal donde se encontrará la zona de planos que, a su vez conecta al espacio de vigilancia protegida la abertura mediante una visera.
El proyecto de construcción de la batería de costa contemplaba realizar dos explanadas con sus correspondientes barbetas circulares de 8 metros de diámetro con la finalidad de ser el espacio donde se ubicaran las piezas de artillería. Mediante ese espacio circular, los cañones podían tener un rango de tiro de 180º. En el informe de Jefatura de Artillería de Defensa de Costa del 7 de noviembre de 1937 se indica como armamento de esta batería «3 cañones skoda de 8 cms«. Se contempla la realización de una serie de pozos y túneles excavados en la roca para el almacenamiento del armamento, repuestos y como espacio de protección ante los ataques. Todo ello aparece indicado en el informe de la Jefatura donde se indica «pozos con piezas a barbeta repuesto a retaguardia con protección de roca«.
En los planos de detalle se ve que la funcionalidad de la batería era la defensa ante los ataques navales que se ve reforzada cuando se consultan los planos generales de defensa de la costa donde se establecen los arcos de tiro de las diferentes baterías previstas en la costa valenciana.
En el mapa de 1938 se puede ver como el arco de defensa de la batería del Saler era mayor al igual que la de Canet por la instalación de las torretas del acorazado Jaime I. No ocurre lo mismo con la batería del cap de Cullera con un arco menor ya que sus cañones Skoda no permiten un radio tan amplio y se restringe al espacio comprendido al norte con El Perelló y al sur por la desembocadura del Xuquer.
La propia construcción ya indica su finalidad de forma muy clara. Sí se consultan antiguas baterías de costa de la guerra civil como es el caso de Palamós se observan las similitudes con la del Cap de Cullera, También la consulta del trabajo recopilatorio realizado por Andrés Martínez Medina en su publicación «El Muro Mediterráneo en el siglo XX» muestran las diversas plantas existentes durante la guerra civil para este tipo de construcciones y la necesidad de girar los cañones en 180 grados para poder realizar el tiro.
Totalmente diferente es la necesidad de un sistema de defensa antiaérea. El elemento principal es el armamento, donde se sustituye el cañón de una balística superior por la ametralladora de ráfaga continua con balas de menor tamaño pero, que aseguran la precisión sobre un objeto de menor tamaño y más rápido como un avión, La misma fortificación constructiva se realizaba en un sistema de pozos con una protección por los cuatro costados, de tal manera que el tirador únicamente tenía la parte superior como el área despejada para realizar el tiro. En el plano de la construcción antiaérea de la playa de Pinedo se observa esa configuración y queda claro que ese elemento constructivo es inexistente en la batería de costa del cap de Cullera.
En el informe sobre el estado de las baterías de costa se indicaba que el armamento en el Cap de Cullera estaría formado por «3 cañones Skoda de 8 centímetros». Ese armamento debe corresponder al 8cm Kanon vz. 30 realizados desde 1928 por la fabrica de Skoda en Plzen. Su diseño buscaba combinar las funciones de cañón de campaña, cañón de montaña y cañón antiaéreo en una sola arma. Lamentablemente, la evolución experimentada por la aviación en los años 30 del siglo XX con aeronaves más veloces provocaron que su utilidad antiaérea fuese más reducida. Una de las ventajas era su movilidad para ser desplazado entre diferentes ubicaciones.
Una de las preguntas que nos hacemos es ¿entró en combate la batería de costa? Sí seguimos las referencias aportadas por los torreros del Faro de Cullera durante los años de la guerra civil, no hay ningún incidente donde se mencione a la batería del faro. También, hay que tener en cuenta que el combate naval ocurrido el 12 de julio de 1937 fue en un momento que no estaba proyectada la batería de costa.
Otro asunto es que existan los diarios de los oficiales al mando de la compañía de la batería de costa donde se detallen los hechos acontecidos, las pruebas y entrenamientos realizados así como los sucesos bélicos que se produjeron. Aquí, esperamos que la musealización prevista por el ayuntamiento de Cullera al entorno de la batería pueda responder a la duda sobre sí la batería pudo entrar en combate.
Rehabilitación de la memoria histórica
La losa del régimen franquista se extendía a todo aquello que estuviese relacionado con el conflicto bélico y sobre todo, con lo que no exaltase sus glorias y victorias más afamadas. Durante más de 80 años ha estado abandonada a su suerte esta construcción y, según épocas se le ha podido dotar de una puerta que protegiese el acceso.
Similar circunstancia ocurría con el puesto de mando, siendo más un espacio para el vertido de obras que para recordar su pasado histórico. El blog del Círculo por la defensa y difusión del patrimonio cultural valenciano indicaba en una publicación de 2019 el mal estado de la batería con sus puertas abiertas que permitían el acceso y la falta de cuidado del entorno.
La poca delicadeza por la construcción militar y la falta de interés por recuperar la memoria histórica llevó a que durante los primeros años del siglo XXI, el ayuntamiento de Cullera instalase un parque infantil en las barbetas de la batería de costa.
Posteriormente, en 2021 se ha instalado una escultura de unas manos que simbolizan el horror de los bombardeo aéreos sufridos por Cullera durante la guerra civil. En un anterior publicación sobre la escultura de las dos manos ya indicábamos el error de dicho emplazamiento ya que los bombardeos aéreos ocurrieron en la estación de ferrocarril de Cullera distante de este punto en más de 6 kilómetros.
La necesidad de recuperar la memoria histórica de nuestro pasado y de forma concreta sobre la guerra civil, ha llevado a las administraciones públicas al desarrollo de programas para la recuperación de nuestro patrimonio. Gracias a dichas iniciativas, se están rehabilitando estas construcciones militares abandonadas. La batería de costa del cap de Cullera ha sido rehabilitada gracias al programa de Memoria Democrática de la Diputació de València con el trabajo realizado por el grupo de investigación Levarq, del Centro de Investigación Pegaso de la Universitat Politécnica de Valéncia.
El equipo de arquitectura que ha realizado la rehabilitación ha publicado el trabajo donde se ve el estado de situación inicial y la planimetría, tanto de la batería como del puesto de observación y el nido de ametralladoras de la isla de los pensamientos.
La batería de costa
En todo momento, el grupo de investigación Levarq llama a la batería como «Batería Antiaérea» aunque, en la explicación histórica se habla del sistema de defensa costera naval. Una contradicción que únicamente parece ser explicada por el bombardeo acontecido en la estación de ferrocarril de Cullera.
Resulta más interesante conocer la construcción y las labores de rehabilitación realizados por el grupo Levarq. Según su trabajo, nos encontramos con dos plataformas circulares situadas en una de las colinas del Cap de Cullera a 35,7 metros por encima del nivel del mar. Las dos plataformas circulares tienen un diámetro de alrededor de 8,50 metros con anclajes en el centro para fijar las piezas de artillería. Las plataformas se comunican entre ellas por un pasillo de 1,30 metros y las mismas están rodeadas por un muro de protección que en la parte expuesta al mar tiene 1 metro de espesor. Por tanto, seguimos viendo que la construcción del sistema defensivo se dirigía hacía los ataques que se podían recibir por las fuerzas navales.
El equipo de rehabilitación destaca que hay una mejor conservación de la parte subterránea que de los elementos exteriores de la batería. Gracias a la documentación aportada por el grupo de investigación Levarq y las fotografías publicadas por el Ayuntamiento de Cullera en sus redes sociales podemos conocer mejor el trabajo realizado.
La construcción subterránea de la batería se encuentra formada por dos accesos, uno de ellos el acceso Sur (en el plano llamado A) y otro, el acceso Norte (llamado B) justo detrás de la ermita de los Navarros. Desde estos accesos se accede a dos galerías de alrededor de 1,20 metros de ancho que han sido excavadas en la roca y reforzadas en algunos de los tramos con hormigón y cubierta abovedada.
Cuando se accede desde el acceso sur se puede ver que se conserva una parte del escudo de la batería con su título «Artillería de defensa costera. Sector nº 2«. Desde la entrada de este acceso, se accede por una galería de unos 23,90 metros hasta el espacio habilitado como polvorín de la batería pasando por dos habitaciones habilitadas para el puesto de guardía de la batería.
Sí accedemos por el acceso norte, la galería es más reducida ya que tiene un recorrido de 13,6 metros hasta llegar al polvorín. La interconexión de los dos accesos permitía a la tropa proporcionar servicio a los dos cañones y tener la protección necesaria ante un ataque.
El polvorín subterráneo se encuentra también interconectado con el exterior por un pozo que realizaba las funciones de ascensor para el aprovisionamiento rápido de la munición.
Puesto de mando y observación
Antes de entrar en la descripción del puesto de mando y observación de la batería de costa del Cap de Cullera, resulta interesante saber las características y funcionamiento de un puesto de mando en artillería. Los puestos de mando y observación son como su nombre indica el lugar desde donde se dirigen las operaciones de ataque y se dan las ordenes a los puestos de artillería. Desde un lugar más alejado y con una visión más amplia, se mandan las ordenes para que los cañones establezcan la posición adecuada para dirigir el ataque.
Esos puestos pueden estar protegidos con redes de camuflaje para pasar desapercibidos y tener una protección mayor para evitar ser atacados por el enemigo. Por tanto, cuando veamos el puesto de observación y mando del Cap de Cullera debemos de tener en cuenta dichas características.
En una anterior publicación ya explicamos las características y ubicación concreta del puesto de mando y observación del Cap de Cullera. Esta construcción se encuentra en una colina a unos 220 metros de la batería de costa y a una altitud de 50 metros sobre el nivel del mar. Desde este lugar se encuentra en una posición que permite un visionado completo de la línea de costa, desde su parte norte hacía Valencia como hacía el sur hasta Dénia.
Actualmente, este puesto de observación no se encuentra rehabilitado. En el trabajo realizado por el grupo de investigación Levarq sabemos que se encuentra construido íntegramente por hormigón armado con una cubierta realizada mediante losa y una estructura de viguetas metálicas.
Toda su parte superior esta cubierta por una primera capa de grava y una segunda de tierra apisonada. En la visera que cubre su parte superior hay una abertura de unos 25 centímetros que permite un visionado del exterior y es donde hay una inscripción en la piedra donde pone «Villa Madrid«. A través de esa apertura al exterior, con la ayuda de prismáticos y el telemetro, se puede dictaminar donde se encuentra el enemigo para dar las instrucciones a la batería para realizar el ataque.
Las características del espacio interior del puesto de mando están formadas por un pasadizo de acceso excavado en la roca para acceder posteriormente a las habitaciones protegidas. La primera sala es de aproximadamente 5 x 2,2 metros donde servía para la presencia del puesto telefónico para informar a la batería y el refugio de la tropa. Desde esa habitación, luego se podía acceder a la sala principal, la cual se encontraba diferenciada en sus usos ya que una parte se utilizaba para la manipulación de los planos y la otra, daba a la visera y su abertura que permitía el uso del telémetro.
Nido de ametralladoras en la isla de los Pensamientos
Gracias al trabajo realizado por el grupo de investigación Levarq, se puede datar la presencia de un nido de ametralladoras en la parte este de la isla de los Pensamientos . Este puesto de defense se encuentra recayente hacía la playa del Faro y a la vez, hacía la colina donde se ubica la batería de defensa de la costa.
Este nido de ametralladoras o casamatas formaba parte de un conjunto de elementos de defensa complementarios para proteger las baterías de costa y a la vez, dificultar un posible desembarco naval. Distante de la batería hacía el sur y a unos 150 metros, su estado actual se limita a la existencia de unos muros de mampostería en muy mal estado.
Su exposición continuada al oleaje del mar y la construcción de la carretera de acceso a la isla de los Pensamientos hace que sus restos se encuentren muy deteriorados, pasando totalmente desapercibidos para el visitante que acude a este lugar.
El sistema de defensa naval del Cap de Cullera
Llegados a este punto, una de las cuestiones que nos hacemos es la siguiente ¿Por qué el ayuntamiento de Cullera habla de «Refugio y Defensa Antiaérea» o «Batería Antiaérea«?
Tal y como hemos visto en los proyectos iniciales de construcción como en la misma infraestructura edificada, todo se encontraba configurado para la defensa naval. En todos los elementos constructivos como planos y armamento se crean las edificaciones militares con una finalidad de protección ante un ataque naval.
La propia evolución del conflicto armado llevó a un fuerte peso de los bombardeos aéreos, principalmente por la aviación italiana, sobre las ciudades de la costa valenciana. Así, el ataque sufrido por la estación de ferrocarril de Cullera en noviembre de 1938 fue un hecho que amenazo a la población local, circunstancia que llevo a la creación de diferentes refugios antiaéreos. Es por ello, que se realizasen medidas para la implantación de sistemas de defensa antiaérea pero, no sirve para modificar actualmente el origen y la verdadera funcionalidad de la batería de costa del Cap de Cullera.
Se trata de una batería de costa de defensa naval con una infraestructura exterior para poder cañonear a embarcaciones navales. Dotada de un sistema subterráneo configurado para almacenar municiones y contar con la protección adecuada para que la tropa se pudiese refugiar ante un ataque enemigo y a la vez, mantener el funcionamiento de la batería. Al ser la finalidad inicial de la construcción es algo que debería quedar manifiestamente claro en la señalización del lugar .
Sí estamos equivocados, esperamos que el ayuntamiento de Cullera demuestre con las fuentes adecuadas que toda la construcción y finalidad era antiaérea. Desde esta publicación, nos tememos que el ayuntamiento ha querido desde una visión turística y distorsionada del patrimonio histórico dar una unidad temática al entorno con la presencia de una escultura dedicada a los bombardeos y unas construcciones para la defensa «antiaérea». Craso error, ya que esa unidad se puede realizar sobre el conjunto de los ataques producidos en la guerra civil española con independencia de que fuesen navales o aéreos.
Bibliografía
- La Guerra Civil en la Comunidad Valenciana – Enrique R. Gil Hernández, Edelmir Galdón Casanoves. Barcelona 2006. Prensa Valenciana/Prensa Alicantina.
- Preliminary Studies of the Coastal Defenses of Cullera’s Cape Built during the Spanish Civil War: From Historical Study to Formal Analysis. Teresa Gil-Piqueras, Pablo Rodríguez-Navarro, Elena Cabrera Revuelta y Enrique Gandía Álvarez. 2022.
- La fortificación del territorio en el levante peninsular durante la guerra civil española. Enrique R. Gil Hernández . Revista Otarq Otras arqueologías. Febrero 2017.
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