“Cullera, bahía de los naranjos” era un slogan publicitario utilizado durante el despegue turístico de los años 60 del siglo XX. Recuperando imágenes de aquellos años vemos que los campos de naranja en Cullera se extienden por toda la bahía entre la playa y las estribaciones de la montaña.
Actualmente, queda una presencia residual ya que las grandes fincas de naranjos han sido sustituidas por torres de apartamentos y únicamente quedan bosquejos en pequeñas fincas pegadas a los barrancos de la montaña.
La presencia del cultivo de naranjas no estaba ceñida a la zona de la bahía entre la playa de San Antonio y el Faro de Cullera. El municipio de Cullera por su extensión y características ha permitido el cultivo de naranja en diferentes explotaciones agrarias. Así, hay zonas de cultivo de naranja en El Brosquil, en los meandros del Xúquer y en el cordón del Mareny de San Lorenzo.
Evolución histórica de la naranja en Cullera
Resulta conocida la implantación de la naranja en nuestro territorio, ya que fue realizada por los árabes sobre el siglo V a partir de sus contactos con las civilizaciones asiáticas. Se trata de la variante amarga de la naranja que se utilizará más para ornamentación o por su uso como ácido en limpieza de tripas para embutidos o metales. La variante dulce que conocemos “citrus sinensis” llegará posteriormente a través de Portugal y los contactos de las expediciones de Vasco de Gama en China.
Durante los siglos XVI, XVII y XVIII se extiende el cultivo de la naranja en el territorio valenciano ya que tiene una comercialización en el mercado interior de la península por ser un manjar muy valorado en la corte real española en épocas navideñas. De todo ello queda constancia en los envíos realizados desde Xàtiva en 1632.
Comercialización de la naranja
Posteriormente, hay c documentación de los envíos realizados a otros países. Es el caso de las cajas de naranjas y limones enviadas desde Sagunt hacía Holanda en 1717. Son todavía años donde el peso mayor de la exportación de productos agrarios valencianos se encuentra centrada en la seda y el arroz.
La implantación de los cítricos con una finalidad comercial en la zona de la Ribera, concretamente en la Bassa del Rei en Carcaixent, se produce en 1781 cuando los terrenos de secano son aprovechados por medio del regadío de norias, pozos y balsas de riego. A partir de ese momento, se extiende su cultivo por los municipios de la Ribera donde la presencia del Nuevo Camino Real de Madrid a Valencia, Alicante y Barcelona (1776-1800) realiza esa función de eje de comunicación que permite la movilidad de los cítricos a diferentes lugares.
Primeras exportaciones
A principios del siglo XIX , toman fuerza las exportación de naranjas desde la Comunidad Valenciana. Se inician las exportaciones desde los puertos de Valencia, Cullera, Gandía, Denia, VilaJoiosa, Alicante y Torrevieja con destino principalmente a Francia, Gran Bretaña y también a Estados Unidos. El protagonismo de Cullera como punto para la exportación de naranjas es resaltado entre 1826 y 1834, ya que se trata del lugar donde se produce la mayor exportación, con 940 toneladas, frente al menor peso de los puertos de Valencia, Dénia y Alicante. Dicho envío de naranjas tiene como destino Francia, concretamente los puertos de Marsella y Sete.
Además, hay que tener en cuenta que en esos momentos la característica de los puertos valencianos propiciaba que se moviese la carga desde barcazas a los cargueros que se encontraban fondeados en el mar. Por lo que las características de la bahía de Cullera y la proximidad de los campos de naranjas favorece que sea un lugar idóneo para realizar ese proceso de cargar las cajas de naranjas en barcazas y luego aproximarse a los buques fondeados.
Igualmente, se debe considerar que a comienzos del s.XIX, concretamente en 1816, Domingo Bou remite a la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Valencia un ejemplar de la Memoria Histórico-científica del proyecto de puerto en Cullera y canal de navegación hasta Valencia. Son años donde se sigue valorando las posibilidades de la bahía y, de forma concreta la zona de la isla de los Pensamientos como puerto para la ciudad de Valencia.
Transporte en ferrocarril
En 1850 se tiene constancia de la primera exportación a Liverpool desde el puerto de Valencia. A partir de 1852, la introducción en España del ferrocarril y la construcción de sus diferentes líneas supone un cambio a la hora de realizar los envíos de naranjas. Es, en esa fecha, cuando se comienza la construcción de la dársena interior del puerto de Valencia y su conexión con la línea férrea desde el puerto con Xátiva pasando por Alzira y Carcaixent. Dicha conexión es clave para entender que entre 1877-1879 se consiguiesen canalizar 39.000 toneladas vía ferrocarril frente a las 3.600 que llegaron al puerto vía transporte de carretera. También, en esos años se construye la línea de ferrocarril entre Cullera y Silla. Dicha línea se inaugura el 24 de agosto de 1878 que permite transportar personas y mercancias hasta Silla para realizar el trasbordo en ese punto para su tránsito hacía Valencia y su puerto.
El protagonismo del puerto de Valencia también se debe a que se trata del único puerto con muelles de piedra; ya que otros puertos como Burriana, Castellón o Gandía se realizaban en pantanales de madera. En el caso de Cullera, se realizaba con barcas desde la playa hacía los barcos fondeados en la bahía o en el embarcadero primigenio del llamado puerto de Cullera.
A comienzos del siglo XX, se mantienen las exportaciones de cítricos hasta la llegada de la I guerra mundial donde se produce un retroceso. Hay una recuperación en el periodo de entreguerras, para volver a caer durante la guerra civil española y la II guerra mundial. La recuperación económica de Europa durante los años 50 y 60 supuso el incremento de la cuota de exportación de cítricos. Hay que destacar en los años 70 el boom de la mandarina y el cambio que supuso que el camión superase al ferrocarril como medio de transporte de la exportación de la naranja.
Las etiquetas de las naranjas
A la hora de presentar las naranjas, mandarinas y limones valencianos en los mercados internacionales, los emprendedores valencianos aplicaron acciones de marketing en el packaging del producto. Se crearon marcas que ayudaban a los usuarios a la hora de identificar el producto y valorar su calidad. Cajas de madera personalizadas con diseños de las marcas, etiquetas y el característico papel de seda blanco que envolvía a las naranjas junto a los carteles que promocionaban su consumo forman parte de la historia de los cítricos valencianos. Resulta muy interesante ver los carteles en inglés, francés o alemán.
En el blog Etiquetas de Naranjas han recopilado un conjunto amplio de referencias clasificadas por municipios. Accediendo a las etiquetas de Cullera, se pueden conocer las marcas de los exportadores del municipio. Se muestran las marcas de naranjas propias de Cullera como Marfil, Selfa o Mari-Pi.
Naranjas Selfa ha sido la marca empresarial más destacada en la exportación de naranjas de Cullera. Actualmente, la empresa se denomina Ecoribera y se trata de una entidad con capital franco español dirigida por la familia Selfa dedicada a la comercialización de cítricos, aguacate y sandías. La empresa exporta su producción agrícola al mercado francés y otros países de la zona Euro.
La naranja en Cullera actualmente
Según los datos de superficie cultivada en 2020 de la Conselleria de Agricultura las tierras dedicas a la producción de cítricos en Cullera corresponden a 680 hectáreas de naranja, 285 de mandarinas, 3 has. de limones, 17 has. de pomelo y 13 has. de limas. En total, hay 998 hectáreas dedicadas a la producción de cítricos que suponen el 32,3% de la superficie de cultivo. Ahora bien, el arroz sigue siendo el cultivo agrícola que abarca una mayor extensión de producción con 1.966 hectáreas.
Si realizamos una prospección en los datos de la explotación agrícola dedicada a los cítricos en los últimos 20 años vemos un claro retroceso. De las 1.522 hectáreas existentes en el 2003 se llega a las 998 hectáreas del 2020, con un descenso continuo a lo largo de la serie de años.
Simplemente con ver mapas y fotografías antiguas se puede entender ese retroceso. La antigua bahía de los naranjos ha desaparecido frente a la urbanización de la zona con la presencia de torres de apartamentos. También, el retroceso del precio de la naranja no ayuda en el mantenimiento de los campos y provoca que se produzca la sustitución por otros cultivos más rentables o simplemente, su abandono.
Ahora bien, existen todavía explotaciones citrícolas en Cullera que han cuidado la calidad de sus producciones. Es el caso de Naranjas Lola y Naranjas de Cullera. Las dos empresas comercializan a través de internet sus producciones de cítricos resaltando que se ubican sus campos en Cullera circunstancia que favorece notablemente la calidad de sus frutos. Recomendamos la lectura de esta noticia de El Mundo donde se explica la actividad emprendedora de Naranjas Lola y cómo sus frutos han sido seleccionados por grandes representantes de la gastronomía española.
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Become a Patron!Fuentes bibliográficas
- Exportación agrícola y transporte en Valencia: 1850-1930. Juan Piqueras Haba. Universitat de València. Enlace publicación.
- La agricultura valenciana de exportación y su formación histórica. Juan Piqueras Haba. Madrid. Instituto de Estudios Agrarios , Pesqueros y Alimentarios. 1985.
- La etiquetas naranjeras en la Comunidad Valenciana. Tomás Viana Arroyo. Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural. 1999
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